Los Pumas, que jugaron un PT muy pobre, revirtieron la situación en el ST y finalizaron su gira por Europa venciendo a Escocia por 9-6, con un drop de Martín Rodriguez Gurruchaga.

Y fue una bocanada de aire fresco, nomás. Porque por cómo pintaba el asunto en el primer tiempo, parecía que Los Pumas se volvían a la Argentina con tres derrotas en tres presentaciones, algo que no ocurría desde 1998.
Luchando contra un seleccionado escocés envalentonado por su último triunfo frente a Australia 9-8, el equipo de Santiago Phelan sencillamente parió los 40 minutos iniciales. Desorganizado y poco productivo en ataque, lento en el juego de manos e impreciso con el pie, los argentinos deambularon por la cancha haciendo que los locales se convirtieran en amos y señores de toda la acción. La supremacía escocesa se sintió en todos los rincones de Murrayfield, salvo en la chapa. Porque el 6-0 con el que el Cardo se fue al descanso gracias a los dos penales del diez Phil Goodman era mentiroso, muy mentiroso. Y sí, la Argentina la había saco baratísima ante un rival que hizo todo bien salvo en los últimos metros, salvo en el punch final.

Pero con 40 minutos por delante, los últimos de la aventura europea, el Tati`s team salió a quemar la naves. Shampoo, cambio de bocho y a matar o morir. Y ese cambio de actitud se notó de arranque, cuando una linda jugada de 16 fases que no terminó en try debido a la férrea defensa escocesa. Los Pumas tenían otra cabeza, y se notaba.

Juan Fernández Lobbe, el capitán y, sin dudas, el mejor jugador argentino de la gira, comenzó a hacerse dueño de las acciones y, con Patricio Albacete como lugarteniente, no se cansó de empujar a sus compañeros hacia territorio violeta.
A los diez, Martín Rodríguez Gurruchaga, el único que aprobó el examen de los integrantes del PladAR, clavó un penal para arrancar la remontada. Y ocho minutos más tarde acertó otro para dejar el tema en tablas. ¿Y ahora?

Y la Argentina, con el positivo ingreso de Rodrigo Roncero por Martín Scelzo, continuó medianamente prolija y sobre todo concentrada en defensa. Es cierto que Escocia, sintiendo el desgaste, sólo exigió con arrestos intermitentes, pero lo concreto es que, al revés de lo que sucedió frente a Gales, el equipo celeste y blanco no despegó sus ojos de la guinda.

El cambio de mentalidad argie se vio premiada a los 77, cuando tras una interesante jugada en ataque, y con la salida rápida de Agustín Figuerola luego de un ruck, el que volvió a facturar, como durante toda la gira, fue Rodríguez Gurruchaga con un drop frente a las haches (9-6).
Con dos minutos por delante y con un Cardo más desesperado que certero, Los Pumas fueron inteligentes para no cometer penales y acompañar el reloj a puro tackle, hasta que Santi Fernández, luego de un recupero de Lucas Borges -otro punto alto en el equipo- sacó la pelota de la cancha para que, por fin, la Argentina festeje en la ventana de noviembre.

Seguramente, y cuando pise el aeropuerto de Ezeiza, el head coach Phelan, en frío, deberá comenzar a sacar conclusiones de lo sucedido en estas tres semanas. Y por cómo jugaron Los Pumas en esta gira, sin dudas tendrá muchísimo trabajo de cara a la preparación del plantel para Nueva Zelanda 2011. Pero eso será cuando llegue a la Argentina; ahora es tiempo de festejar y, claro, de respirar aliviado.
SINTESIS


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