Los All Blacks pasaron algunos aprietos ante Italia, aunque salieron victoriosos del San Siro con un marcador de 20-6. Ahora irán por Inglaterra, en Twickenham.
La historia no fue nada sencilla para Nueva Zelanda. Italia le presentó más de un problema y lo superó ampliamente en el scrum, de la mano de unos intratables Martín Castrogiovanni y Sergio Parisse, pero la victoria terminó quedando para la visita, que a pura patada y a un trabajo defensivo elogiable se llevó el premio mayor del San Siro.
Desde el inicio los All Blacks sintieron que el rival no se iba a dejar dominar fácilmente. Craig Gower fue el encargado de mover el marcador y puso por delante a Italia. Ilusiones por todos lados. Pero la tranquilidad para la visita llegó del pie de Luke McAliester con dos penales.
Todo muy trabado, estudiado y con mucha lucha en las formaciones. No obstante, el equipo de Graham Henry, con una alineación muy distinta a la que se impuso la semana pasada a Gales en el Millennium, rompió el molde de la mano de Corey Flynn a los 26 minutos.
Pero Italia lejos estuvo de bajar los brazos. No le importó que Sitiveni Sivivatu se le viniera en contadas ocasiones ni que ingresaran Richie McCaw, Jimmy Cowan, Andrew Hore y Mils Muliaina para ganar volumen de juego. Siguió con su labor estupenda en defensa y continuó ganando prácticamente todas las batallas en el scrum. Es cierto, le faltó lucidez en ataque.
Los minutos fueron pasando y McAlister puso más distancia. La historia parecía cerrada, aunque Gower volvió a hacerse presente en el marcador y encendió las esperanzas locales a pesar de los 14 puntos de diferencia. Italia buscó como nunca, con más corazón que ideas, y mereció algo más de suerte en los instantes finales. No se le dio, pero se ganó los aplausos en el San Siro.
Los All Blacks, en tanto, no quisieron problemas y bajaron la persiana antes de tiempo. Se quedaron con una victoria que lejos está de convencer, pero que le sirve para continuar con su invicto en la ventana internacional de noviembre: próxima escala, Inglaterra en Twickenham. Un gran desafío, previo al cruce ante Francia en Marsella.
Desde el inicio los All Blacks sintieron que el rival no se iba a dejar dominar fácilmente. Craig Gower fue el encargado de mover el marcador y puso por delante a Italia. Ilusiones por todos lados. Pero la tranquilidad para la visita llegó del pie de Luke McAliester con dos penales.
Todo muy trabado, estudiado y con mucha lucha en las formaciones. No obstante, el equipo de Graham Henry, con una alineación muy distinta a la que se impuso la semana pasada a Gales en el Millennium, rompió el molde de la mano de Corey Flynn a los 26 minutos.
Pero Italia lejos estuvo de bajar los brazos. No le importó que Sitiveni Sivivatu se le viniera en contadas ocasiones ni que ingresaran Richie McCaw, Jimmy Cowan, Andrew Hore y Mils Muliaina para ganar volumen de juego. Siguió con su labor estupenda en defensa y continuó ganando prácticamente todas las batallas en el scrum. Es cierto, le faltó lucidez en ataque.
Los minutos fueron pasando y McAlister puso más distancia. La historia parecía cerrada, aunque Gower volvió a hacerse presente en el marcador y encendió las esperanzas locales a pesar de los 14 puntos de diferencia. Italia buscó como nunca, con más corazón que ideas, y mereció algo más de suerte en los instantes finales. No se le dio, pero se ganó los aplausos en el San Siro.
Los All Blacks, en tanto, no quisieron problemas y bajaron la persiana antes de tiempo. Se quedaron con una victoria que lejos está de convencer, pero que le sirve para continuar con su invicto en la ventana internacional de noviembre: próxima escala, Inglaterra en Twickenham. Un gran desafío, previo al cruce ante Francia en Marsella.
Fuente: Espn.
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