Gran parte del éxito de Los Pumas en el más alto nivel internacional se debe al corazón amateur de los jugadores, aunque la mayoría compita como profesional. Juan Fernández Lobbe, que debuta en el Mundial, es un típico producto de los clubes amateurs de Argentina. El ala alcanzó su máximo nivel al pasar al rugby europeo. Sin embargo, convertirse en rentado no diluyó su amor por la casaca celeste y blanca que todos los jóvenes en nuestro país sueñan con vestir.
“Trato de poner lo máximo; juego con el corazón. La única manera que sé hacerlo es dejando la vida”, señaló Fernández Lobbe, una de las figuras de Los Pumas. “Jugar en la Selección y hacerlo en un Mundial es lo máximo; no hay otra cosa”, resaltó el ala, de 26 años. En julio de 2006, Fernández Lobbe dejó Liceo Naval, su club en Buenos Aires, y pasó al Sale Sharks inglés. “Inglaterra fue un paso que quería dar. Les dije a mis amigos: ‘no voy a estar siempre, pero tengo ganas de escribir la historia ahí adentro’”, comentó.
“Tengo que agradecer a mi familia, a mis amigos, todo el esfuerzo que hicieron para ayudarme; ¡y a mi novia!. No es fácil para ella aguantar las largas ausencias. Hice el esfuerzo de terminar Ingeniería antes de partir”, agregó. La elección del club europeo se facilitó por el hecho de que su hermano Ignacio, siete años mayor, estaba en Sale. “Influyó bastante que estuviera ‘Nacho’. Ayuda para asentarse; es mucho más fácil que si uno va solo”, destacó Juan. Fernández Lobbe hizo amigos en Sale y su espíritu de camaradería cruza las barreras entre las selecciones de Inglaterra y Argentina. “Hablo por teléfono, son muy buena gente, me mandan saludos por los partidos, como Jason White, que está en el Mundial con Escocia y Jason Robinson, de Inglaterra”, comentó.


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