

Fueron 66.000 personas las que vieron renacer a los muchachos de Brian Ashton. Le tomó sólo 14 minutos sacudirse los nervios y encontrar la llave del encuentro. El cerrajero fue el astuto medio scrum Shaun Perry -su brillante actuación hace que la ausencia por lesión de Harry Ellis no sea tan dramática-: le sirvió el try a Easter. Poco después, gracias a la dominante performance de los forwards, Easter volvió a cruzar la línea para marcar el segundo de los tres que consiguió en la tarde. El segunda línea Steve Borthwick agregó su firma al marcador y Jonny Wilkinson sumó un penal para decretar el 22-0 parcial al medio tiempo. En el complemento la diferencia entre el poderío físico, la velocidad, el sentido de juego colectivo y las opciones técnicas se hizo aún más grande. De a poco, sin presa pero sin pausa, fueron cayendo los seis tries que completaron el 62-5 lapidario

Gales nunca pareció estar en condiciones de devolver golpe por golpe los embates de Inglaterra. El resultado fue que se volvió para Cardiff con la canasta llena y un montón de dudas respecto de su participación en la RWC de Francia. Ashton, que el próximo fin de semana recibirá al anfitrión del Mundial, deberá dar la lista oficial antes del 14 de agosto. Esta es la primera vez que los problemas de selección son positivos para el coach de la Rosa.
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