Los Quince Alquimistas | Cuento

Asi se titula el cuento ganador del concurso literario anual de DeporTea.Su autor es Guido Tonelli y cursa el 2 "B" turno mañana.Obvio,el futuro periodista escribió sobre el deporte que nos apasiona:el rugby. Fuente:Rugby & Fun.
Los Quince Alquimistas
Frío y pasión. Frió y calor. La alquimia perfecta que se forma cada martes y jueves que los rugbiers cambian sus ambos y zapatos por camisetas y botines, para defender los colores que aman. Son las 7 de la tarde en el anexo del San Isidro Club “Arturo Rodríguez Jurado”, en Boulogne. Hoy jueves, todas sus divisiones, excepto las infantiles, entrenan. Hace aproximadamente media hora los (casi 100) chicos de las juveniles de uno de los clubes de rugby más importantes de la Argentina están todavía entrando en calor. Un grupo de padres dialoga al costado de las canchas .Uno se queja de que el domingo les toca Regatas de visitante y no queda otra que ir hasta Bella Vista. Por la reja principal empiezan a aparecer los primeros autos de los mayores. Pese a que falta una hora y media para el comienzo de su entrenamiento, la mayoría baja de traje y con el bolso al hombro. Diez minutos más tarde, esas mismas personas salen de pantalones cortos y remera y se dirigen al gimnasio. Muchos de ellos salieron hace minutos de sus trabajos y ya están en el club listos para empezar su rutina en el gimnasio. “Somos muchos los que enganchamos derecho del trabajo o la facu, te cansa si, pero es un escape a la rutina” dice Pablo Muratore, segunda línea de la menores de 22. El estacionamiento se va llenando y el buffet también. No todos los que “madrugan” van al gimnasio. Algunos prefieren juntarse a comer un tostado y después ir a patear un rato a los palos o empezar a cambiarse despacito al lado de la chiquita estufa que hay en el vestuario. Casi a las 8 menos cuarto, se escuchan las primeras órdenes: tras la entrada en calor, las juveniles empiezan su entrenamiento técnico y de una nube de polvo emerge el maul que llevan a cabo los forwards. El grupo de padres ya no está, probablemente estén en el buffet o alguno que otro se haya ido a su casa, que no debe estar muy lejos de aquí. La mayoría de los “zanjeros” son gente del barrio que creció en el club, y comparten los partidos con amigos de toda la vida, algo común en el rugby y que lo hace un deporte tan particular. Media hora mas tarde, las casi 4 hectáreas que ocupa el predio se ve poblado de jugadores. Casi todas las divisiones, desde la primera a Menores de 15 se encuentran en el lugar finalizando o a punto de empezar la práctica. Unos minutos mas tarde, Fernando, el preparador físico de la 22 llama a los chicos para empezar a correr. Tras un murmullo con sabor a queja, empieza el entrenamiento... El rugby está lleno de prejuicios. Como será de ridículo que al mismo tiempo se lo tilda de de violento y de ser elitista y practicado exclusivamente por gente “bien” o de la alta sociedad, algo totalmente falaz y que sólo puede ser sostenido por alguien ajeno al mundo ovalado. “Cuando decís que jugás al rugby y encima en el S.I.C., la gente te mira como para decirte algo, a veces hasta me da culpa decirlo...es algo ridículo...” lamenta Tomas Helvig, ala de 21 años. Atrás suyo, hay un grupo de 10 chicos en la puerta esperando a que los pasen a buscar, muchos miran asombrados cuando sus ídolos de la primera les pasan caminando por al lado. En la cancha más lejana a la entrada, la 22 terminó su entrada en calor y esta reunida en un círculo junto a sus tres técnicos (uno para cada uno de los equipos). Luego de dar las formaciones para el sábado, se separan y comienza la parte que más le gusta a la mayoría: la parte técnica. “Pol” como le dicen sus amigos, está motivadísimo: este sábado es el clásico contra el Atlético de San Isidro, el rival de toda la vida, el Boca-River del rugby: “saber que enfrente está el C.A.S.I. te motiva mal. Son esos partidos que no querés que terminen y que dejas todo” sostiene el forward. El partido va a ser difícil y Miguel, el técnico, empieza con unos ejercicios de tackle entre los backs y de line con los forwards. Es admirable ver la dedicación de estos chicos que después de horas de trabajo o de estudiar, se ponen los cortos y terminan su jornada revolcándose en la tierra o el pasto (dependiendo en que sector de la maltrecha cancha 3 caigan). El campo esta seco y los raspones van apareciendo en los codos y las rodillas. Promediando la práctica, el frió empieza a hacerse sentir aun más. Desde la puerta del buffet, donde está la cartelera del fin de semana y las últimas novedades de la institución, se ven las canchas bajo una nube de vapor inmensa, casi como estar en Twickenham cubriendo un entrenamiento de la selección inglesa. En la niebla se puede distinguir a la línea de backs de la intermedia que parece estar practicando jugadas en la cancha contigua a la 3. Allí, el ejercicio de los tackles se detiene. Para evitar golpearse innecesariamente el entrenador dispone un ejercicio de patada, recibimiento y disputa. Las guindas comienzan a surcar los cielos y paradójicamente los chicos resultan más golpeados que en el ejercicio de tackle: Tras disputar la pelota, un chico con la camiseta del London Irish (donde actualmente juega el ex SIC Gonzalo Tiesi) se toma la mano con gestos de dolor y se va a la enfermería. Habría calculado mal y la pelota le dio de lleno en el dedo. Resultado: esguince y dos semanas afuera de las canchas. Casi a las 22:30, toda la división se reúne en círculo, los entrenadores dicen unas palabras y todos aplauden: se terminó el entrenamiento. Muchos terminan su día, otros...recién comienzan la noche. Lo que es seguro es que esta noche y el viernes siguiente estarán pensando en todo momento en que el sábado se verán las caras de nuevo en el vestuario, esta vez para defender entre amigos los colores de su club. “¿Cómo no nos van a tildar de violentos si tenés que derribar a tu rival para sacarle la pelota?” El personaje de la división. El que se destacó en la noche con sus bromas y su carcajada, pero siempre con las ganas y seriedad de un entrenamiento. Con sólo 20 años, Martín es un veterano en el grupo y un líder dentro y fuera de a cancha. -¿Por qué elegiste el rugby y no otro deporte? -Porque siempre me gusto. En realidad nací cerca de club y empecé desde muy chiquito, a los 4 o 5. Toda la semana esperaba el sábado a la mañana para ir a entrenar, me encantaba. -¿Y ahora? -Ahora es distinto, es otra cosa, hoy espero toda la semana para que venga el fin de semana y poder salir (risas). A veces llego a los partidos con 2 o 3 horas de sueño nomás. Si ya sé...un desastre. -¿Estás menos motivado? -No, es distinto. Cuando sos chiquito no te importa nada, no te importa golpearte un poco. Hoy en día se siente, el rugby a esta edad es mucho más físico y los golpes te cansan un poco. -Como en el fútbol, muchos chicos llegan a los clubes grandes en busca de una carrera deportiva, ¿es tu caso? -No, en absoluto, como te dije antes yo empecé en el club de chico y nunca tuve esa idea de “juego para mostrarme y que me vendan”, el rugby no es así, y creo que muy pocos jugadores piensan así. Tampoco te voy a mentir, me encantaría llegar a primera y si se da, irme afuera sería un sueño, pero no vengo acá para eso. -¿Por qué crees que el rugby tiene ese prejuicio de violento? -Lo que pasa es que todo deporte de contacto físico es violento. En un deporte en donde tenés que derribar a tu rival para sacarle la pelota, es inevitable el roce. El tema es que mucha gente que nunca jugó y no está acostumbrada a eso le parece terrible. Tuve compañeros que las madres vinieron a verlos y después le prohibieron jugar, una exageración total. -¿Y las drogas? -Drogas hay en todos lados, eso ya excede al deporte. Hoy salís a cualquier bar o boliche y conseguís, pero jamás vi a un compañero drogarse, y mucho menos utilizar estimulantes para un partido. Igual estoy seguro que algunos consumen para optimizar su rendimiento. -¿Hoy en día, qué parte ocupa el rugby en tu vida? -Si te digo todo te miento, pero es una parte importantísima. Casi todos mis amigos los hice en el rugby y muchos de mis momentos importantes también los viví en una cancha y con ellos. Además tiene un gustito especial, a veces cansa entrenar hasta tarde y tener que sacrificar cosas, pero nos encanta lo que hacemos, al fin y al cabo es nuestra elección y lo que menos podemos hacer es quejarnos. Martín se sube a su Mehari amarillo, saluda, cierra la puerta y se va. A los 5 metros se detiene y asoma su cabeza: “Che, ¿voy a salir en algún diario?”...

0 comentarios:

Publicar un comentario

 
Design by Free WordPress Themes | Bloggerized by Lasantha - Premium Blogger Themes | Walgreens Printable Coupons